Stanley
Philippe Starck
“Subversivo, ético, ecológico, político, humorístico… así es como veo mi deber como diseñador.” Philippe Starck
Los miles de proyectos, completos o en fase de realización, su fama mundial y su incansable inventiva proteica no nos debe distraer nunca de la visión fundamental de Philippe Starck: la creación, sea cual sea la forma que tome, debe mejorar la vida de cuanta más gente mejor. Starck cree vehementemente que este deber poético y político, rebelde y benévolo, pragmático y subversivo, debe ser compartido por todos, y lo resume con el humor que lo ha caracterizado desde el principio: “Nadie necesita ser un genio, pero todo el mundo debe participar”.
Su temprana consciencia por las consecuencias ecológicas, su profunda comprensión de las transformaciones contemporáneas, su entusiasmo al imaginar nuevos estilos de vida, su determinación en cambiar el mundo, su devoción hacia un decrecimiento positivo, su amor por las ideas, su inquietud por la defensa de la inteligencia de la utilidad (y la utilidad de la inteligencia) le ha llevado de una creación creativa a otra.
Desde los productos del día a día, mobiliario y exprimidores de limones, hasta yates mega revolucionarios, microturbinas eólicas, automóviles eléctricos y hoteles fantasmagóricos, proyectos vivaces que estimulan los sentidos: Starck nunca deja de empujar los límites y el criterio del diseño contemporáneo. Sus milagros tecnológicos son los medios de una ecología democrática, focalizada en la acción y el respeto por el futuro del hombre y de la naturaleza. Previendo el fenómeno de la convergencia y de la desmaterialización, Philippe Starck siempre ha ideado objetos que requieren lo máximo con muy poco. Sus sueños son soluciones, soluciones que son tan vitales que le hicieron ser el primer francés en ser invitado a las conferencias TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) al lado de otros participantes de renombre como Bill Clinton y Richard Branson.
Inventor, creador, arquitecto, diseñador, director artístico, Philippe Starck es con certeza todo lo nombrado anteriormente, pero es por encima de todo un hombre honesto, descendiente directo de los artistas del Renacimiento.